Le miraban perplejos. Nadie se le acercaba, porque todos le temían. Él se despertaba cada mañana sin apenas dormir. Le llamaban loco, pero él era sólo valiente. Desnudo, salía cada Noviembre a ver a las flores deshojarse. Arte, le llamaba. La rosa a la azucena. El cardo al zarzal… Todos desnudos al final.
Pero él iba más allá. Continuaba desnudando hasta verle el esqueleto a la ciudad. Relojes sin minutero, muros sin ladrillo, películas sin final…Y cuando consiguió que sólo quedaran la noche, los cuentos, el tacto y las miradas. Ese día, se fijó en como los demás le miraban.
Alguien le encontró agonizando, y con el corazón sangrando. Mirándole a los ojos le dijo: -La revolución está en el arte.- Untó su dedo en la llaga, y pintó su nariz de carmesí. Murió en una carcajada.
Noviembre (2003) de Achero Mañas
No hay comentarios:
Publicar un comentario